Un reporte de IDESA indica que el Estado argentino estuvo gastando de manera persistente un 11% por encima de sus ingresos. El reporte adjudica el fenómeno al mal manejo de la administración.
Un informe privado plantea que entre 2003 y 2022 la inflación anual promedio se ubicó en el 30%, en un escenario en el cual el gasto promedio del Sector Público Nacional fue un 11% mayor a los ingresos.
Así lo indica un reporte del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), en el cual se asocia el fenómeno inflacionario a la inestabilidad generada tras la salida de la convertibilidad hace dos décadas.
El trabajo señala que durante ese período los diferentes gobiernos incrementaron un 34% la emisión monetaria en promedio por año.
“Estos datos muestran que el sector público nacional cubrió con ingresos genuino, a lo largo de las últimas 2 décadas, menos del 90% de sus gastos”, indica IDESA lo que “explica los excesos de endeudamiento y de emisión monetaria».
IDESA sostiene que “sin desconocer que la inflación es un fenómeno multicausal, los crónicos déficits fiscales obligaron a emitir pesos por encima de lo que la gente demanda, lo que derivó en alta inflación”.
“La situación actual (con ingresos que cubren solo el 80% del gasto y emisión monetaria e inflación anual en el orden del 100%) es la manifestación extrema de un proceso que se inició apenas explotó la convertibilidad en 2002 y se deterioró consistentemente en los últimos 20 años”, indica la consultora que dirige el economista Jorge Colina..
El reporte plantea que “la clave para explicar este proceso de decadencia es la mala organización del Estado” y considera que el mismo se explica por ”el desorden en el sistema previsional y la superposición de impuestos y de gastos entre los tres niveles de Gobierno potenciados por la desprofesionalización del empleo público”.
El fenómeno, dice IDESA, lleva a que el Estado de manera automática tienda a “gastar consistentemente por encima de sus ingresos y a administrar dicho gasto muy mal”.
“El problema de las fallas del Estado no es sólo el exceso de gasto sino también la pérdida de productividad económica y social que provocan las malas intervenciones públicas. Esto terminó destruyendo la moneda”, sostuvo la consultora.
Fuente: NA